Hoy en día, existen una gran variedad de leches artificiales
que permiten alimentar perfectamente a todos los niños que por diferentes
motivos no pueden tomar el pecho o cuyas madres han decidido no darlo.
Es importante la higiene del biberón. Se recomienda
esterilizar el biberón hirviéndolo en agua con bicarbonato, durante un minuto.
Se dejan escurrir y pueden guardarse en un recipiente de plástico o de cristal para
ir usándolos a lo largo del día. También es recomendable continuar esterilizándolos
hasta los 3-6 meses de edad, hasta el momento en el que el niño coge todo y se
lo mete en la boca. A partir de este momento, se lavarán como cualquier
utensilio.
En la lactancia artificial, aparece otro factor a tener en
cuenta: la postura del biberón. Debe inclinarse con la tetina hacia abajo y
manteniendo el nivel de leche cubriendo la mayor parte de la tetina. Si está
demasiado horizontal, es fácil que tome muchos gases, especialmente si al ir tragando
ha ido entrando aire, ha formado muchas burbujas y la tetina está llena de
ellas.
En cuanto a la frecuencia de las tomas de biberón:
- No hay tiempo mínimo entre toma y toma
- No más de 5 horas entre tomas los primeros días
- No más de 3 horas durante tomas durante el día mientras pida con más frecuencia de noche.
Se debe tomar la misma cantidad que con el pecho, es decir,
hasta que se quede sin hambre.
Es frecuente que los lactantes tengan candidiasis (infección
por hongos)por una esterilización inadecuada durante los 3 primeros meses, con
manchas blancas en las mejillas, en las encías, en la cara interna de los
labios y la lengua.
La lactancia artificial suele mantenerse como alimento
exclusivo hasta los 3.5-4 meses de vida. A partir de ahí, se introduce la
alimentación complementaria.
BIBLIOGRAFÍA:
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