Los hábitos alimentarios que se puedan adquirir en este período
van a determinar la futura alimentación del adulto. Es muy importante adquirir
unas buenas costumbres, siendo necesario realizar una dieta equilibrada y
variada que permita un crecimiento y desarrollo adecuado. En este período también
se producen cambios en la preparación y presentación de los platos, sin evitar
el déficit de nutrientes.
Durante este período el niño empieza a comer solo:
- Se produce un avance en la maduración psíquica y motora,
lo que supone que el niño se haga menos dependiente de su madre.
- Los dientes de leche se completan hacia los dos años y medio.
- El ritmo de crecimiento es menor que en el lactante: aumenta de peso al día 6 gramos, es decir, 2.5 kilos al año, en cuanto a la talla crece 12 centímetros a los 2 años de edad y 9 a los 3 años de edad.
- Los dientes de leche se completan hacia los dos años y medio.
- El ritmo de crecimiento es menor que en el lactante: aumenta de peso al día 6 gramos, es decir, 2.5 kilos al año, en cuanto a la talla crece 12 centímetros a los 2 años de edad y 9 a los 3 años de edad.
En esta etapa del niño se produce la adaptación a la alimentación
adulta, la familia es el pilar básico para la formación hábitos alimentarios,
que se reforzarán desde la guardería.
Por otro lado, se producen cambios en la maduración
psicomotora que repercutirán en el comportamiento del niño hacia la comida:
- Perfeccionan la capacidad manual, al ser capaces de llevarse
a la boca una cuchara de alimentos sólidos, semisólidos y líquidos. Ya pueden
tomar solos un puré a los dos años de edad. Es muy importante que el niño se
esfuerce por comer solo sin la ayuda de los padres. A los 3 años de edad el
niño ya utiliza la cuchara correctamente y es capaz de tomar sopa sin derramarla.
- En torno a los 18 meses de edad se empieza a mostrar preferencias
y aversiones alimentarias, que van cambiando con el tiempo.
- Imitar se hace muy evidente a los 2-3 años de edad. Es frecuente
que durante las comidas el niño quiera alimentos que no estén en su plato y es
positivo que se les den a probar.
- En esta etapa se consolida la adaptación a los cuatro
gustos básicos que le proporcionan los distintos alimentos: dulce, salado, amargo
y ácido. Los colores vivos en las presentaciones de los platos le ayudarán a
comer mejor.
Los alimentos nuevos que se introducen deben tomarse tanto
en casa como en la guardería. Teniendo en cuenta las necesidades del niño a
esta edad, podremos saber qué alimentos podrán completar dichos requerimientos y
en qué cantidad se deben dar al niño: el aporte medio de energía al día se
estima en 1300 kilocalorías, siendo 50-55% aportadas por los hidratos de
carbono, el 30-35% por las grasas y el 15% restante por proteínas. Hay que
prestar especial atención al hierro y calcio, aportándose principalmente a través
de los lácteos el calcio y el hierro por la carne.
La pirámide alimenticia para los niños de 1-3 años de edad
es:
-
Farináecos: alimentos ricos en hidratos de carbono,
como el pan y derivados, legumbres y patata.
-
Verdura: recomendable 2 raciones al día.
-
Frutas: deben ser frescas y maduras. Las más alergénicas
como las fresas y kiwi no se podrán dar hasta los 2 años de edad.
-
Alimentos proteicos: la carne es mejor que sea magra,
sin grasa y sin piel. A partir de los 2 años de edad podrán ir ingiriendo algún
embutido una vez a la semana. El pescado también debe ser magro, retrasar hasta
los 18 meses de edad el pescado azul y el marisco hasta los 2 años de edad. Los
huevos 1 o 2 veces por semana.
Leche: debe aportarse al niño 0.5 L de leche entera o bien de continuación
según la tolerancia
BIBLIOGRAFÍA:
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