Los suplementos alimenticios están destinados a complementar la alimentación. En el caso de los niños, la mayoría de las veces se suelen utilizar para compensar las deficiencias en algunas vitaminas o simplemente para ayudar a complementarse con la alimentación que llevan.
Es probable, que alguna vez en la vida, tu hij@ necesite de estos suplementos. Por ejemplo, si en su casa se practica el veganismo, sólo se podría introducir al niño en este estilo de vida tras consultarlo con un pediatra que recomiende los suplementos necesarios ya que, de lo contrario, podrían sufrir deficiencias que interfieran en su crecimiento (existen suplementos veganos).
La infancia, uno de los períodos más críticos del crecimiento, es cuando tiene lugar el desarrollo pleno del cerebro y para el cual son necesarias algunas vitaminas. En el raquitismo, por ejemplo, es una enfermedad afecta a los huesos y está relacionado con el inadecuado consumo de vitamina D y la no exposición al sol, para ello se requieren suplementos de la misma.
Por poner un ejemplo, la anemia provoca una deficiencia en el transporte de oxígeno mediante la sangre por la deficiencia de hierro en el organismo. Los niños pequeños necesitan, por lo menos, 15 miligramos de este mineral al día para que no se produzca esta anomalía.
Si se produce, una de las soluciones es la administración de suplementos alimenticios de hierro a vuestro hij@.
Como conclusión, los suplementos alimenticios en los niñ@s no son perjudiciales, son ayudas exteriores que se administran cuando la ingesta de alimentos ricos en diversas vitaminas y minerales es deficiente.
Para más información pueden consultar este enlace.
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