La otitis media aguda (OMA) es una de las enfermedades más frecuente en niños y se hace raro que un niño no haya presentando al menos un episodio de otitis en los primeros años de vida. Es más frecuente en niños que en adultos debido a la anatomía del oído a esta edad: el oído es más pequeño, con los conductos más horizontales y con una menor capacidad para el drenaje.
Es una enfermedad típica del invierno, ya que normalmente el nin@ empieza con un catarro y con el paso de los días, el moco se empieza a acumular en la Trompa de Eustaquio. Finalmente, el moco espeso se ubica en el oído medio no pudiendo descender de nuevo por la trompa, por lo que causará una otitis. En una observación con el otoscopio, se verá una membrana timpánica enrojecida y abombada hacia fuera.
La infección del oído medio suele estar causada por bacterias, como el Streptococcus pneumoniae o el Haemophilus influenzae no tipable. Aunque también se reconoce que los virus pueden estar implicados como agentes que favorecen la infección.
Son factores de riesgo para esta enfermedad: la edad menor de 2 años, las infecciones respiratorias de vías altas, el humo del tabaco, la lactancia artificial en los primeros meses de vida, entre otros.
Los síntomas más específicos son el dolor de oído y la fiebre. También la otorrea o supuración del oído brusca es otro síntoma muy específico. Estos síntomas, se deben tratar con ibuprofeno o paracetamol y reevaluar. En caso de una sintomatología más grave y de no mejorar en 2-3 días se prescriben antibióticos orales, pero nunca se debe abusar de los ellos.
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